China se frota las manos tras el hallazgo de un superdepósito de un metal ‘crítico’ en una remota región del país
El hallazgo de más de 20 millones de toneladas de cobre en la meseta Qinghai-Xizang posiciona a China como un actor clave en el suministro de este metal esencial para las energías renovables.
China ha identificado un yacimiento de cobre que supera los 20 millones de toneladas en la meseta Qinghai-Xizang, también conocida como la meseta tibetana. Esta región, que ya alberga cuatro depósitos con más de 10 millones de toneladas cada uno, representa más de dos tercios de las reservas totales de cobre del país. El potencial total de recursos en la zona se estima en 150 millones de toneladas, lo que podría convertirla en una base de recursos de cobre de clase mundial.
El cobre es un metal ‘crítico’ para el desarrollo de tecnologías de energía verde. Según Tang Juxing, académico de la Academia China de Ingeniería, “el cobre desempeña un papel vital en la energía verde, incluyendo la energía solar y eólica”. Por ejemplo, la cantidad de cobre utilizada en un vehículo eléctrico es cuatro veces la de un automóvil con motor de gasolina.
Implicaciones para el mercado global
China, que ha pasado de ser un exportador neto a convertirse en el mayor consumidor e importador neto de cobre del mundo, podría reducir su dependencia de las importaciones gracias a este descubrimiento. Este hallazgo podría alterar la dinámica del mercado global del cobre, afectando a países productores como Chile y Perú.
La meseta Qinghai-Xizang es una de las regiones ecológicamente más sensibles del mundo. Dorje, también académico de la Academia China de Ingeniería, enfatizó la necesidad de una minería con “emisiones cercanas a cero, sin contaminación y mínima perturbación ecológica”. Después de la explotación, es crucial una restauración y reforestación científicas del entorno.
El desarrollo de la minería en la región podría ofrecer oportunidades económicas a las comunidades locales, especialmente en áreas con crecimiento limitado en la agricultura y la ganadería. Sin embargo, también existe preocupación por los posibles cambios culturales y sociales que podrían derivarse de una mayor actividad industrial y la afluencia de trabajadores de otras regiones.
Este descubrimiento refuerza la posición de China en el mercado global del cobre y podría tener un impacto significativo en la transición energética mundial. No obstante, será esencial equilibrar el desarrollo económico con la protección del medio ambiente y el bienestar de las comunidades locales para garantizar una explotación sostenible de los recursos.
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