La historia de Cosmo Edmund Duff Gordon, ‘El cobarde del Titanic’ que desoyó la frase “las mujeres y los niños primero”
Cuando el Titanic se hundía, subió con su mujer y su secretaria a un bote de salvamento que solo fue ocupado por doce personas y no acudió al rescate de los supervivientes que nadaban en el mar.


Cosmo Edmund Duff Gordon era un barón escocés que cursó estudios en el elitista Colegio de Eton y hasta ganó una medalla de plata en esgrima en los Juegos Olímpicos intercalados de verano de 1906 en Atenas, que en la actualidad no son reconocidos por el COI. Pero su fama se debe a su controvertido papel durante el hundimiento del Titanic en la madrugada del 14 y 15 de abril de 1912.
En 1912, Gordon tenía 49 años y viajaba en primera clase con su mujer, Lucile Christiana Sutherland, y la secretaria de ambos, Laura Mabel Francatelli. Embarcaron en el Titanic con el nombre falso de Sr. y Sra. Morgan y ocuparon los camarotes A-16 y A-20. Ambos querían pasar desapercibidos porque Lucile era una famosa diseñadora de moda que vestía a la alta sociedad de la época, a estrellas de cine y hasta a la realeza. De hecho, el viaje a Nueva York tenía como fin abrir un salón de moda allí. Además, el matrimonio siempre intentaba ser discreto porque ella era una mujer divorciada y tenía una hermana autora de literatura erótica, lo que en su momento fue un escándalo y complicó su integración en la alta sociedad.

La noche del hundimiento
En la noche fatídica del hundimiento del Titanic, que chocó con el iceberg a las 23:40, el matrimonio y su secretaria llegaron a la cubierta superior, en la que había una multitud. Cuando acabaron de bajar los botes grandes 7, 5 y 3 de estribor, y comenzó la bajada de los botes de babor, la mayoría de la gente se fue al otro lado del barco, pero los Duff Gordon decidieron quedarse en estribor. Vieron cómo la tripulación empezaba a preparar el bote número 1. Era uno de los dos botes más pequeños con los que contaba el barco. Tenían capacidad para 40 personas y estaban previstos para el salvamento de los tripulantes. Gordon pidió permiso para subir al bote al primer oficial William McMaster Murdoch, que se lo concedió.
En un bote pensado para 40 personas, solo subieron 12, de ellos dos mujeres, la esposa y la secretaria de Gordon. El resto fueron otros dos pasajeros de primera, un vigía y seis fogoneros. La orden de llenar los botes con mujeres y niños no fue respetada y a la 1:05 de la madrugada el quinto bote en abandonar el Titanic fue bajado de milagro. Un cable de acero se atascó y estuvo a punto de volcar.
Una vez en el agua, el bote se alejó del Titanic y los marineros remaron hacia una luz que pensaron que era un barco, pero que resultó ser la aurora boreal reflejada en un iceberg. Entonces, escucharon cuatro explosiones en el barco que se hundía y gente en el agua que gritaba pidiendo ayuda. Un tripulante propuso regresar para intentar salvar a más gente, pero la mujer y la secretaria de Gordon se negaron. Hasta se hizo una votación que terminó con empate a seis. Tres marineros y tres pasajeros votaron en contra. Entonces, Gordon ofreció cinco libras a los marineros del bote en cuanto estuvieran sanos y salvos. Según él, fue una propina porque por culpa del naufragio habían perdido sus pertenencias y la paga del viaje.

Rescate e investigación
El bote salvavidas número 1 fue rescatado por el RMS Carpathia a las 4:10 de la madrugada. Fue el segundo bote rescatado. Un día después, Gordon pagó a los tripulantes las cinco libras prometidas.
Cosmo y su mujer Lucile fueron investigados por Scotland Yard para aclarar si sobornaron a los tripulantes para que no regresaran a rescatar a más náufragos. Después de interrogar a los doce supervivientes del bote, se descartó cualquier tipo de acción legal contra el matrimonio, aunque todos fueron amonestados por no intentar el rescate de más supervivientes. Sin embargo, esa resolución no convenció a la opinión pública, que bautizó el bote como ‘El Barco del Dinero’ y a Cosmo Edmund Duff Gordon como ‘El Cobarde del Titanic’.
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