Rick Carlisle, el hacedor

¿Es Rick Carlisle ya uno de los mejores entrenadores de todos los tiempos? Lo suyo sería decir que sí... y que se le ha tratado injustamente. El técnico de los Pacers no sólo ha liderado a la franquicia de Indiana a las segundas Finales de su historia, también tiene un currículum más que envidiable en los banquillos: fue Entrenador del Año en 2002, cuando dirigía a los Pistons en su primera temporada en el puesto principal y llevando a un joven equipo a las 50 victorias a las primeras de cambio. Tras 11 temporadas como asistente, ha pasado 23 liderando proyectos, alcanzando en 16 de ellas los playoffs y ganando el anillo en 2011 junto a Dirk Nowitzki. En ocho temporadas alcanzó las 50 victorias, incluida la presente. Y con 65 años es el segundo técnico más longevo en activo una vez confirmada la retirada de Gregg Popovich. El primero, Tom Thibodeau (67) ha sido eliminado por su colega en las finales del Este. Curiosidades del destino.

Es curioso que Carlisle no sea nunca el que copa las portadas, pero también eso va de la mano de un carácter amable y apacible, que jamás buscó los focos y siempre dejó que los protagonistas fueran los jugadores. En activo, fue parte de los Celtics de Larry Bird que triunfaron en los 80 y estuvo presente junto con el mesías en el título de 1986. Fue a la vera del alero con el que aprendió como entrenar y llevar un equipo, teniendo el mejor maestro para ello: Bird huyó de Boston tras su retirada y buscó refugio en su Indiana natal y llevó durante tres años a los Pacers. Prometió que ninguno más y así fue, pero nombró a Carlisle, que ya había sido su compañero, su asistente ofensivo. Así, los Pacers no se bajaron de las finales del Este y en el 2000 llegaron a las Finales de la NBA frente a los Lakers de Shaq y Kobe. Que se encargaron de hacer añicos el sueño.

Carlisle, que ya había tenido experiencias como asistente previamente con Nets y Blazers, pasó un año sabático antes de tener su primera oportunidad con 42 años. Plantó la semilla en los Pistons que luego germinó con Larry Brown y el anillo de 2004. Fue a los Mavericks a recoger las migajas que había dejado Avery Johnson, la derrota en las Finales de 2006 y la más dolorosa todavía en primera ronda en 2007, después de haber conseguido 67 victorias y ser Nowitzki el primer MVP europeo de la historia. Desde la 2008-09 empezó a construir un proyecto que no tenía nada que perder. Lo llenó de veteranos (Jason Kidd, Shawn Marion o incluso Predrag Stojakovic) y conquistó el sueño más grande. Y ni siquiera su tumultuosa salida de Dallas, con presuntos problemas con Luka Doncic, cambiaron su carácter. Carlisle nunca guardó rencor a su antigua franquicia y no tuvo malas palabras para el esloveno. Así es él, rehuyendo del escándalo, evitando los conflictos.

Ahora y 23 años después de llegar al puesto de primer entrenador, Carlisle está con 993 victorias en regular season, rozando el club de las 1.000. Y si bien no fue incluido en la lista de los 15 mejores entrenadores de la historia elaborada por la propia NBA, no deja de ser curioso que entre esos nombres no figure el suyo y sí... el de Doc Rivers. Debates aparte, está claro que independientemente de cómo termine esta temporada, los Pacers han demostrado que son un equipazo en estos playoffs, pasando por encima de Buck y Cavaliers (con sendos 4-1 y eliminando al equipo de Ohio, que se fue a las 63 victorias en la fase regular) y consiguiendo aguantar ante los Knicks para pasar a las Finales en seis partidos. Carlisle, natural de Nueva York, estuvo primero ligado a la ciudad de Boston, pero es hijo adoptivo de Indiana. Y tiene enfrente a los Thunder, los de los 68 triunfos. Un equipo joven e imberbe frente a la transgresión y el cambio de unos Pacers que sueñan a lo grande. Y todo gracias a Rick Carlisle. Que es, seguro, uno de los mejores entrenadores de la historia de la NBA.

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