Ayuso abandona en el Giro tras terminar ayer con el ojo hinchado

En términos pugilísticos, ayer habríamos dicho que Juan Ayuso compareció en la zona mixta de Morbegno, localidad de salida de la 18ª etapa del Giro, con la ‘cara como un mapa’. Sin embargo, nadie la había propinado ningún golpe… Después de sufrir tres caídas (primera etapa en Albania, sterrato y montonera en Eslovenia), que le produjeron una herida en la rodilla que le dejó maltrecho durante la segunda mitad de carrera, el español sufrió el pasado miércoles otro episodio de mala suerte: la picadura de una avispa.

“Ayer, no sé si una avispa o un abejorro se me metió dentro del casco y me picó. No puedo ver nada por el ojo derecho. El equipo me dijo que no saliera, pero he querido por lo menos probar en los primeros kilómetros para ayudar al equipo”, confesaba el de Jávea en los micrófonos de Eurosport. Y eso hizo.

Después de hacer gestos de dolor e incomodidad, frotándose el ojo, Ayuso abandonaba el Giro en el kilómetro 34 de la etapa, lo que suponía su segunda retirada en una grande (la otra fue la del año pasado en el Tour de Francia). Fin al calvario, fin a una travesía de mala fortuna que marcó su destino en esta Corsa Rosa. Además de las caídas y el dichoso insecto, Ayuso también cogió frío en la 16ª etapa, camino de San Valentino (perdió casi 15 minutos), día en el que también se vio atacado por el Ineos cuando él paraba a hacer sus necesidades. Un Giro al revés.

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