PSG 5 - Inter 0

El milagro de Luis Enrique

El asturiano ha hecho historia en París, forjando un equipo imbatible que ha culminado con una Champions en el bolsillo. 

Luis Enrique celebra el título de Champions conseguido tras vencer al Inter de Milán en la final.
Andrés Onrubia
Nació en Madrid en 1998. Comenzó a estudiar Derecho y ADE en la Universidad Complutense, pero su amor por el fútbol francés hizo que se interesara por el periodismo deportivo. En 2019 comenzó a colaborar con Diario AS y un año después, en 2020, a pesar de la pandemia, empezó a ejercer como corresponsal en París para cubrir la información del PSG.
Múnich (Alemania) Actualizado a

Una noche para la historia, un baño histórico, un partido que elevó al Olimpo a un equipo acostumbrado a las decepciones europeas, a odiar la Champions, el PSG, fue la culminación del proyecto de Luis Enrique, iniciado en 2023, en un momento crítico para el club, intrascendente a nivel europeo, y que se ha recuperado por completo gracias a la pizarra y el liderazgo del asturiano.

El PSG no tuvo dudas con Lucho ni en el momento más crítico del curso, cuando el conjunto parisino se encontraba contra las cuerdas en la máxima competición continental, el torneo que ha dominado de manera incontestable desde enero, sin parangón en la final de Champions contra el Inter. La confianza de Al Khelaifi y Luis Campos en el gijonés fue total y su gestión, tan incomprendida en Francia en sus inicios, ha sido brillante y no ha tenido ningún desertor en el camino hacia la Orejona.

Luis Enrique ha gozado de poderes personalísimos en París. Otros entrenadores, negligencia de Qatar, no gozaron de ellos y ahí radica el éxito del PSG, que le confirió la totalidad de las prerrogativas y nunca puso en entredicho su gestión interna. Como por ejemplo, la temporada pasada con Mbappé, al que redujo drásticamente el tiempo de juego después de anunciar que no renovaría, para acostumbrar a la plantilla a jugar sin él. Nadie se atrevió a inmiscuirse en sus funciones y el que más lo agradeció fue el equipo, esta obra maestra que ya está en la historia del fútbol.

Tampoco hubo dudas con Luis Enrique cuando dejó en tierra a Dembélé por motivos disciplinarios en octubre, antes de viajar a Londres para enfrentarse al Arsenal. En Francia se atrevieron a poner en tela de juicio su trabajo, pero aquella decisión, tal y como confesó, fue la mejor de la temporada tanto para el PSG como para el jugador, firme candidato a ganar el Balón de Oro después de firmar 48 participaciones de gol, 33 goles y 15 asistencias, entre todas las competiciones.

El milagro de Luis Enrique
Peter Cziborra

Sin lugar a dudas Dembélé merece el Balón de Oro. Sobre todo por cómo ha defendido y ha presionado”, dijo Luis Enrique tras proclamarse campeón de la Champions. El entrenador asturiano, que ya cuenta con dos Tripletes, como Guardiola, con dos equipos distintos, Barça y PSG, enjuicia y analiza a sus delanteros por la intensidad que ejercen en la presión. Antes, con el proyecto Galáctico, el gran problema del PSG cuando fichaba a grandes cromos, a estrellas mundiales, radicaba en que había siempre tres futbolistas que no corrían sin balón. Ahora no, ahora el que no corre sabe que no juega y ese es otro de los “milagros” que ha conseguido el técnico gijonés.

El PSG gastó 239 millones esta temporada para conseguir la ansiada Champions, más de 2.000 millones desde 2011. Luis Enrique pidió “perfiles bajos”, jugadores con hambre de victoria y con una energía que pudieran mejorar al equipo. Pacho, Doué, el MVP de la final de la Champions, o el omnipresente João Neves son varios de los jugadores que encarnan a la perfección la voracidad y su manera de entender el fútbol. La consonancia con Luis Campos, con el que ha fraguado una relación excelente, obligando al PSG a renovarle debido al éxito de ambos, es otra de las claves para entender la plenitud de la entidad parisina. Antes, en el extinto proyecto galáctico, el entrenador y el director deportivo no iban de la mano. Ahora sí, evidenciado en los resultados cosechados en las dos últimas temporadas.

Luis Enrique ha ganado siete de los ocho títulos que ha disputado con el PSG. Ya ha entrado en la historia del club, convirtiéndose en el primer entrenador que logra la Champions en la capital sa. Su famosa frase pronunciada la temporada pasada, “seremos mejor sin Mbappé”, no fue en vano, no fue una osadía como muchos entendieron en Francia. Sin el delantero, el PSG ha pasado de ser un gran equipo al mejor equipo de Europa, una máquina de producir goles, de presionar y de asfixiar a todos sus rivales.

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Este Triplete, el segundo de su carrera, no se entiende sin un entrenador que ha elevado el nivel de prácticamente todos los jugadores a los que ha dirigido. Los Vitinha, Neves, Pacho, Doué, al que nadie conocía hace un año fuera de Francia, Barcola y Dembélé, sobre todo el extremo, un líder que contagia a sus compañeros y que presiona sin importarle el momento del partido, son el triunfo personificado de un técnico que tuvo que soportar durante años, durante mucho tiempo, que estaba sobrevalorado y que ganaba por sus estrellas. Luis Enrique tiene cuerda para rato y el PSG es, principalmente por su gestión, el mejor equipo de Europa.

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