Objetivo de la nueva propiedad: perder el menor número de abonados posible

El Real Valladolid de Ronaldo ha dilapidado muchos activos y otros están en el aire. La deseada marcha del brasileño puede contribuir a que se pare la sangría en la grada que ha vivido su mejor momento de la historia pero que se fue deshinchando hasta quedar muy debilitada en el tramo final.

El club tocó techo de abonados y tuvo que cerrar cupo en 24.000 aunque el estadio tiene 27.000 de capacidad, pero los distintos compromisos del club más las 600 entradas que reserva para los aficionados visitantes, merman ese número. Además el club tuvo que abrir lista de espera para incorporaciones.

Es verdad que en muchos momento se generó malestar en el fondo norte por la creación de la ‘grada de animación’ que desplazó a muchos aficionados y creó bastantes molestias a otros hasta que se fueron acostumbrando o cambiando de localidad.

Una de los principales objetivos de la nueva propiedad, Gabriel Solares y compañía, debería ser intentar que se perdiera el menos número de aficionados posible y eso lo han de lograr generando la ilusión en los aficionados construyendo un equipo que de garantías de retornar a Primera cuanto antes.

Lo cierto es que la media de asistencia ha sido alta (19.811) aunque pudo ser mucho más si el equipo hubiera ido medianamente normal, pero la caída en picado de las últimas semanas ha perjudicado las estadísticas finales del aforo de Zorrilla.

La mejor entrada se registró contra el Real Madrid, único partido que superó los 26.000 y le siguió a bastante distancia el Barcelona con casi 24.000 pero ya con el Pucela descendido aunque con el atractivo de ver a Lamine Yamal y sus compañeros inmersos en aquel momento en la lucha de semifinales de Champions, recientes campeones de Copa y con la Liga aún por ganar.

Athletic y Atlético atrajeron casi el mismo número de aficionados en la grada, 23.500. Sevilla y Espanyol pasaron de los 22.000.

El triste final de Liga propició que los tres últimos partidos la asistencia fue pírrica con 14.500 en el cierre ante el Alavés, y poco más de 12.000 en los choques ante Osasuna y Girona. Estos tres equipos se salvaron en Zorrilla.

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