Otra revolución contenida en Nervión
A la espera de los cambios en la dirección deportiva y el banquillo, el Sevilla vuelve a encontrarse con un problema repetido: hay escaso margen económico para salidas y llegadas.
El Sevilla vive momentos de cambio. Su dirección deportiva y su banquillo aspiran a tener nuevos invitados en los próximos días y en torno a esa nueva estructura el club pretende encontrar una revolución que llegue a la tranquilidad. Será, eso sí, una revolución contenida por el contexto económico en el que se ejecutará. La plantilla debe dar un giro para encontrar ese nivel competitivo que no le haga repetir lucha por la zona de descenso. No será sencillo: las salidas siguen siendo dificultosas, como ocurrió el pasado verano, y las llegadas dependerán de las imprevisibles exigencias del mercado.
Sin apenas margen para fichar, el club nervionense quiere atar lo antes posible su equipo de mando. Con Imanol Alguacil en el foco del deseo, habrá pretensión de cambios alrededor de una plantilla que no fue capaz de competir de forma regular en casi ningún momento de la temporada. Solo con salidas de peso (los focos apuntan a Lukebakio o Badé) podría el club afrontar algunas operaciones que varíen el estado de necesidad de la plantilla.
La idea del Sevilla es clara: el equipo necesita un cambio de rumbo y la intención es conseguirlo con la llegada del nuevo técnico y de una figura como Antonio Cordón, especialista en aglutinar tareas y organizar los diferentes estamentos de un equipo. A él se le entregarían las llaves para ordenar lo que lleva unos años desordenado. En 2020, tomó los mandos de la parcela deportiva del Betis y de la mano de Manuel Pellegrini consiguió que se iniciara un periodo de estabilidad que dura hasta hoy. En Nervión hay ansias de renovar un camino que debe conducir a otros objetivos en el futuro inmediato.
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