Roberto se escurre, aunque el Espanyol no desespera
Este sábado caducaba la opción de compra por diez millones, sin éxito: solo cuatro pudo ofrecer el club perico. Pero no lo descartan: la baza a favor es que el delantero quiere seguir.

Desde la medianoche de este domingo, 1 de junio, ha pasado el Espanyol a perder la posición preferencial que tenía sobre Roberto Fernández, autor de seis goles desde su aterrizaje a préstamo en el pasado mercado de invierno y, en consecuencia, uno de los artífices de la permanencia perica en Primera División. El club lo quiere y él apuesta por seguir vistiendo de blanquiazul. Pero su continuidad es ahora mucho más compleja que ese cruce de deseos.
Caducaba este sábado la opción de compra por valor de diez millones de euros que Espanyol y Sporting de Braga habían firmado en enero, en la negociación por su cesión al RCDE Stadium, sin que la entidad que preside Chen Yansheng haya podido alcanzar ni vagamente esa cantidad. La cifra más alta que podían ofrecer por Roberto ascendía a cuatro millones, un exiguo 40 por ciento de la cifra ya convenida. Naturalmente, en Portugal ni se lo estudiaron.
Sobre el papel, a partir de ahora el precio de la compra de Roberto se multiplica hasta los 45 millones, el importe de su cláusula de rescisión. Pero la realidad es otra. Porque, con cinco meses en la elite tras una primera mitad de la temporada timorata en Braga, ningún club se acercará a esos guarismos. Pero sí que comienza una suerte de subasta en la que, delante del Sporting, el Espanyol ya no dispone de ningún derecho de tanteo.
Sin embargo, desde la entidad perica continúan barajando fórmulas, sabedores de que el delantero andaluz cumple perfectamente con esos parámetros en los que quieren moverse en vistas a la próxima temporada: generar patrimonio, y firmar a jugadores con jóvenes y con proyección que, si bien ahora comportarán una cierta inversión, puedan ser traspasados a futuro con sensibles plusvalías. Es por ello que su adquisición no sería incompatible con la llegada de Kike García, un ariete muy difícilmente revalorizable por su edad (35 años).
Pero, sobre todo, lo que el Espanyol tiene a su favor es la voluntad del futbolista. Roberto se ha acoplado en tiempo récord al vestuario dirigido por Manolo González, que le ha hecho sentirse una pieza importante y en Primera, y además está encantado de vivir en Barcelona, ciudad que ya manejaba de su paso hace dos temporadas por el filial azulgrana.
“Yo venía de estar en una situación complicada y cuando me llamaron de aquí no tuve ninguna duda de venir a aportar mi granito de arena. Pase lo que pase, yo voy a llevar al Espanyol en el corazón”, manifestó ante la afición del Espanyol el atacante el pasado sábado 24, micrófono en mano, durante la celebración espontánea por la permanencia.
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