Se retiró Suso, el utillero que vivió un tercio de la historia del Depor
Comenzó a trabajar en el club en 1985, cuando ni siquiera había llegado a la presidencia Lendoiro. Riazor rindió homenaje este domingo a “una vida en blanco y azul”.


Este domingo Riazor no vivió la mejor de sus tardes en un partido bochornoso ante el Elche (0-4) que terminó con la bronca de la grada hacia el palco con Fernando Soriano en el ojo del huracán. A pesar del 0-3 del primer tiempo y el hastío, la afición hizo un paréntesis en el descanso cuando se rindió homenaje a Suso Méndez. El mítico utillero del Deportivo se jubila este año y recibió todo el cariño que dio al club, jugadores y a todo el que lo trató durante los últimos 40 años.
Lo cierto es que nadie en A Coruña ha vivido tanto en las entrañas en el Deportivo, para lo bueno y para lo malo, que Suso. Comenzó de casualidad como utillero cuando un amigo suyo duró solo una semana en el puesto y se lo ofreció. Por aquel entonces el Depor militaba en Segunda, Jesús Corzo era su presidente y Aranguren, el entrenador. Todavía faltaban tres años para que Lendoiro llegase a la presidencia, con el que coincidiría nada menos que 25. Luego llegó Tino Fernández, Paco Zas, Fernando Vidal, Antonio Couceiro, Álvaro García Diéguez y Juan Carlos Escotet.

Ordenado, previsor y acostumbrado a solucionar problemas, Suso se encargó de que equipaciones y demás material estuviese siempre perfecto. Vivió veranos duros cuando no había dinero ni “para comprar balones” y no llegaban las camisetas para poder jugar. Paseó las enormes bolsas de ropa y botas a sus espaldas por Old Trafford, Las Llanas, San Siro, Lasesarre o un Santiago Bernabéu en el que coló ocultas las botellas de champán que se descorcharon en el Centenariazo. Historia viva blanquiazul se lleva de recuerdo la mayor colección de camisetas de rivales que han jugado contra el Depor durante estas últimas cuatro décadas. Nadie la tiene más completa y con nombres más insignes a sus espaldas.
Manteo de la plantilla en privado
Nada amigo de los focos, Suso no tuvo más remedio que emocionarse cuando recibió el homenaje de Riazor desde el centro del campo con mil aplausos y una pancarta en la grada: ‘Suso, una vida en blanco y azul’. No pudo contener las lágrimas, algo que también sucedió un día antes cuando la plantilla deportivista le hizo su particular homenaje. Fue en Abegondo antes del entrenamiento cuando los jugadores a los que mimaba lo llamaron para mantearlo.
Este verano Suso ya no estará preparando las camisetas, pantalones, medias y botas. Se jubila después de trabajar 40 años en su Depor. Se jubila después de presenciar y ser protagonista en la sombra de un tercio de los 119 años de historia del club blanquiazul. Su voz ronca, de altos decibelios y protestona, ya no se oirá en Riazor y Abegondo, ni tampoco fuera de ahí. Porque si algo se va con Suso es la discreción de un empleado ejemplar que se lleva a su casa mil camisetas y otros tantos secretos de vestuario.
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