Triste final para una pésima temporada
El Tenerife se despide de Segunda División sumando ocho partidos sin ganar y con tan solo dos goles a favor en este último tramo.
No pudo terminar peor la pésima temporada del Tenerife, una de las más malas de su historia. Porque además de culminar con el descenso a Primera RFEF, los blanquiazules se despiden del fútbol profesional sumando ocho semanas sin ganar.
Desde la ilusionante victoria en El Molinón (1-3), nada salió como se esperaba. Cinco empates consecutivos -incluidos arbitrajes muy perjudiciales-, y las últimas tres derrotas sentenciaron cualquier atisbo de una ilusión que se había reactivado en la Isla.
A estos malos resultados, en el momento menos deseado se sumó la baja eficacia goleadora: solo dos goles ha marcado el Tenerife en estas ocho jornadas. Con tan bajo bagaje realizador se tornó imposible el milagro. También es cierto que en algunos partidos se anotó (Burgos, por ejemplo), pero el árbitro anuló la conquista.
“Ha sido duro”, resumió Roberto Perera quien ofreció la rueda de prensa tras la derrota ante el Almería en ausencia de Álvaro Cervera. “Lo hemos intentado, hubo un momento en el que parecía que se podía, pero no pudo ser. Quiero agradecer, además de pedir disculpas, el comportamiento de nuestra afición. Han venido aquí y nos han alentado. Eso bonito que eso suceda, pese a todo”.
Así, cabizbajo y con una reestructuración profunda en su plantilla se marcha el Tenerife a Primera RFEF, categoría en la que espera estar el menor tiempo posible. Doce años después, el equipo con más partidos en Segunda División dice adiós, con pena y sin gloria.
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