A Lamine le tocaban diana a las 6:45

Formación y valores. Hay un delicioso documento radiofónico de Lamine Yamal a finales de 2019, en uno de esos torneos alevines de LaLiga que se jugó en Abu Dabi. Entre otras cosas, en el mismo le cuenta a José Ramón de la Morena que se levanta a las 6:45 horas para ir al instituto en Barcelona (había empezado la ESO por entonces), y que tiene clase de 8:00 a 13:30. Luego, vuelta a Sant Joan Despí. Y, por las tardes, clases de refuerzo porque dan menos horas que el resto. Es importante recordarlo ahora, cuando parece que hay prisa por saber qué primer obstáculo que le espera, en el fútbol o en la vida, no superará Lamine. Nadie garantiza que no vaya a ser un juguete roto, porque las tentaciones se multiplicarán, pero la formación de Lamine ha sido mucho más que unos orígenes humildes y perder el miedo en ese parque cualquiera de Mataró del que habla. En La Masia le han preparado para ser futbolista y persona. Y si esta temporada dio el paso de empezar a vivir solo con 17 años, tal vez es que estaba más preparado que algunos que escapan del caparazón casi con cuarenta. La longevidad de su carrera hablará por Lamine, pero ha interiorizado herramientas para hacerla sostenible con esa fama que ya le permite pasearse estos días por lo más cool de Barcelona.

‘19’ o ‘10’. Lamine es el nombre de moda. También lo demostró en Stuttgart. Es difícil congeniar tan bien lo estético y lo práctico. El placer de jugar por jugar, con la eficiencia imprescindible en el deporte de élite. Anda rozando la excelencia; y su precocidad le da la oportunidad de medirse por primera vez con una leyenda como Cristiano, como podría cruzarse con Messi en 2026, en la Finalissima pendiente entre los campeones de Europa y América. Lamine también jugará en Múnich con el ruido de fondo (ensordecedor) del Balón de Oro. Con él, hay prisas con todo. Incomprensiblemente, los más obsesionados por hacer de su carrera una fotocopia de Messi andan empeñados hace tiempo en que su evolución natural es jugar de falso nueve, como si quisieran dar la primicia de algo que, si pasa, debe suceder mucho más adelante. ¿Cómo y por qué arrancarlo del sitio donde mejor se lo pasa, y más dañino es para los rivales por su desequilibrio y los espacios que genera para el resto? Lamine tiene demasiadas cosas singulares como para simplificar su carrera en una comparación de barra de bar con Messi. Eso sí, desde aquella grabación también sabemos que le encanta el ‘10’. El cambio es inminente, pero tal vez alguien debió insinuarle que su ‘19’ aún podría ser el ‘23’ de Jordan. Es un elegido.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí