Bajas en defensa y perlas en ataque
La explosión de Olise en el Bayern y la de Doué y Barcola en el PSG han mitigado la retirada de Griezmann y Giroud. Las lesiones debilitan la zaga.
El penúltimo torneo de un técnico histórico. Didier Deschamps pondrá fin a su mandato como seleccionado francés tras el Mundial 2026. Habrán sido catorce años al frente de un equipo galo al que llevó a lo más alto en Rusia 2018. Sus subcampeonatos en Qatar 2022 y en la Eurocopa de 2016, además del título de la Liga de las Naciones de 2021, completan una hoja de servicios notable en términos de resultados. Sin embargo, siempre le ha acompañado, sobre todo en el exterior -no tanto en su país-, una crítica feroz por lo que se ha entendido como un conservadurismo extremo. No han sido pocos los que han opinado que, con tanto talento a su disposición, su equipo ha ofrecido poco espectáculo y ha priorizado siempre el pragmatismo. El partido de hoy contra España, que además para los galos se plantea como una revancha de la semifinal del año pasado, es importante porque le puede permitir a Deschamps clasificarse para su quinta final como técnico de su país. Aunque será la cita del verano que viene la que acabará de poner la nota definitiva a su largo reinado.
Un camino duro desde la Euro. El once que sacará Deschamps esta noche se va a parecer muy poco al que saltó al campo en Múnich el 9 de julio pasado el día del famoso gol de Lamine. De los titulares ses de aquella noche, cuatro no están en la convocatoria: Koundé, Upamecano, Saliba y Kanté. Es decir: tres de los cuatro defensores y el medio centro con más recorrido. Más de la mitad de la estructura de contención va a ser diferente. De los cuatro que entraron desde el banquillo, tres tampoco estarán: Camavinga, Griezmann y Giroud. Estos dos últimos se retiraron ya de la selección, mientras que el resto de ausencias se deben a problemas físicos -salvo la de Kanté, que ha perdido protagonismo desde que se marchó a Arabia Saudí-. Incluso se llegó a temer por la relación entre Deschamps y Mbappé cuando el crack del Real Madrid no fue convocado en los encuentros de octubre y noviembre de la primera fase de esta competición, pero ya regresó durante la eliminatoria de cuartos de final en marzo ante Croacia. Este cruce frente a los balcánicos fue duro y evidenció que el conjunto galo se encuentra en un momento de cierta transición: tuvo que remontar la derrota por 2-0 en la ida y acabó clasificándose en la tanda de penaltis.
Olise ya es importante y otras perlas piden paso. La exhibición de Doué en la final de la Champions está muy presente en la memoria de todos. ¿Le servirá para hacerse un hueco en el once? Deschamps va a usar un 4-2-3-1 en el que Mbappé, Dembélé y un Olise que ha deslumbrado en el Bayern parecen fijos. Barcola y un Ryan Cherki que está en boca de todos por su posible fichaje por el Manchester City también opositan a la otra plaza de ataque. La ventaja de este último es que es un media punta algo más clásico, mientras que los demás se sienten más a gusto partiendo desde la banda. Tchouameni y Manu Koné podrían ser los integrantes de la pareja de pivotes, con el de la Roma -que se juega el puesto con Guendouzi y Rabiot- algo más suelto que el del Real Madrid. Lucas Hernández, que en el PSG ha tenido un año complicado, podría ser la gran sorpresa como central izquierdo formando dupla con Ibrahima Konaté. Pavard regresaría a la posición de lateral derecho que ocupó en el Mundial 2018 y la amenaza de Lamine Yamal podría provocar que Theo Hernández, habitual titular en la izquierda, fuera reemplazado por un Lucas Digne al que Deschamps ve más capacidad defensiva.
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