Lamine tiene la culpa...
Lamine Yamal está de moda. O eso, o los clubes buscan réplicas urgentes al nuevo crack del Barça.


Recorrido. Habrán leído puntualmente en esta columna, si son ustedes habituales consumidores, sobre las andanzas de Franco Mastantuono, breves pero intensas, en estos años de su despegue: el Mundial Sub-17 en el que el Echeverri lo eclipsó, su llegada al primer equipo de River junto a varios más de esa generación (Subiabre, Ruberto, el propio Diablito), el discreto Sudamericano Sub-20 de este año o la explosión definitiva con el Muñeco Gallardo como técnico millonario. Estamos ante una cosa muy seria, créanme.
Réplicas. De captación de talentos en Sudamérica puede dar un clínic el Madrid, gracias, sobre todo, a Juni Calafat, y no parece que se equivoque ahora tampoco con el argentino de 17 años. Eso sí, su respuesta puede tener que ver con la proliferación masiva de jugadores de ese mismo perfil, zurdos, finos, preferiblemente pegados a banda derecha pero con libertad total, tipos capaces de decidir desde el talento, desde la imaginación... ¿Les suena alguno? Efectivamente, Lamine Yamal está de moda. O eso, o los clubes buscan réplicas urgentes al nuevo crack del Barça.
Uno por país. Porque si el Madrid apuesta por Mastantuono, la versión argentina, el Chelsea ha hecho lo propio con Estevao, otro zurdo de seda que actúa pegado a la derecha en Palmeiras y con Brasil. También el Bayern tiró la casa por la ventana el verano pasado con Olise, el molde francés de este arquetipo de jugador, lo mismo que Cole Palmer dentro del contexto del fútbol inglés. Balones a sus zurdas y que pase lo que Dios quiera. Balones a todos esos Lamines, una inspiración cada vez más común en el mercado.
Balón de Oro. El fenómeno ya pasó con Messi. Desde Alipio a Gai Assulin, se fueron creando una serie de copias que en la mayoría de los casos acabaron siendo burdas. Normal. Habrá que ver con Lamine. La realidad es que a sus 17 años está más cerca del Balón de Oro de lo que quizá Mastantuono, Estevao, Palmer y Olise lo estén algún día. Eso no quiere decir que no sirvan. Al contrario. El mero hecho de compararlos con él ya habla de su grandeza.
Hoy descubrimos a… Karlo Kuranyi (2005). Les sonará el apellido porque por supuesto es hijo del gran Kevin Kuranyi, exdelantero de la selección alemana. Lo sorprendente es que ha decidido representar a Panamá por las raíces panameñas y brasileñas que le otorga su padre. Está siendo titular en el Torneo de Toulon Sub-23 y juega de 9, por supuesto, como el padre.
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