Música

Piezas: “El algoritmo no mata al rap, pero lo manipula a su antojo”

El rapero murciano, referente en el rap y las batallas, charla con Diario AS acerca de su último trabajo, ‘Dual’, y reflexiona sobre su carrera y la industria.

28/05/25 ENTREVISTA AL RAPERO PIEZAS PARA EL DIARIO AS MUSICA
ANGELA PARAMO | DiarioAS
Sergio Murillo
Nació en Santa Marta de Tormes en 2001 y creció entre Guadalajara y Badajoz. Amante de la literatura, estudió Periodismo en la URJC. Se estrenó como jefe de Cultura en El Generacional. Ha sido corresponsal para El Estilo Libre y conductor de informativos en Cadena COPE. Entró en Diario AS en 2023 como redactor en Actualidad.
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Fue hace 17 años. Aquella tarde de verano de 2008 debió caer lento el sol sobre el Teatro Griego de Montjuic; cuando la noche se hubo apoderado de la ciudad condal, de sus montañas y sus costas, Barcelona se entregó, como en tantas ocasiones, a la esencia ecléctica que nutre su arte urbano. Barna. Red Bull Batalla dio un salto de calidad y celebró al aire libre, entre motivos neoclásicos y novecentistas, una Nacional que pasó al imaginario colectivo como una de las más importantes de todos los tiempos. Fue la Nacional de Piezas.

José Javier Sánchez Meroño (Murcia, 1986) se convirtió en referente de la cultura freestyle en apenas dos años, que fue lo que, en realidad, duró su carrera en la improvisación. Él era músico antes, lo fue durante su etapa como mc y lo ha sido después de aquella noche barcelonesa. Tras volverse inmortal en la disciplina regresó a su trayectoria artística, sembrando trabajos y cosechando maquetas y tomando quién sabe qué decisiones profesionales que, de una forma u otra, le han llevado a confeccionar un último trabajo a golpe de dicotomía. ‘Dual’. El 2 de junio verá la luz, seis años después de ‘Panorámica’ y como broche de oro a la trilogía de ‘Acantilado’, un álbum que aúna el esfuerzo y las vivencias de todo un lustro.

Piezas: “El algoritmo no mata al rap, pero lo manipula a su antojo”
28/05/25 ENTREVISTA AL RAPERO PIEZAS PARA EL DIARIO AS MUSICA ANGELA PARAMO

A Madrid ha regresado la brasa estival y el sol boxeador, pero Piezas, a quien su rostro delata una felicidad sincera y brillante, no puede dejar de sonreír. Aguarda en la terraza de una taberna detrás de Plaza de España —curiosamente, escenario de la Nacional 2009—, en la calle de los Reyes a la que escribió Mesonero Romanos en sus ‘Paseos histórico-anecdóticos por el viejo Madrid’ y donde, se dice, tuvo Francisco de Goya una casa. Sobre la mesa una cerveza y unas olivas —que no aceitunas—. El día no ha podido iniciar mejor. Y eso que, dice, se ha tirado encima el café del desayuno, que era uno “de estos hechos, fríos y encima estaba malo, como amargo”; se le cayó “malamente”.

Vuelta a las andadas

-Y seis años después, Piezas volvió al estudio.

-Digamos que he estado durante los últimos tres años metido en el estudio sin parar. Haciendo y deshaciendo. Nunca he dejado de estar en el estudio como aquel que dice, pero sí de publicar. Lo último que publicamos fue un trabajo conjunto con Murcia Finest en 2021, pero como Piezas y Jayder... seis años

-Desde antes de la pandemia. ¿Por qué tanto tiempo?

-Porque arrancamos con un concepto que a mitad de tiempo tuve que cambiar. No me sentía cómodo. Saqué unos singles a modo de descarte... Decidí darle una vuelta y apareció ‘Dual’, que es un disco doble porque en teoría son dos discos; pensé en hacer primero uno y luego otro, pero como estaba pasando mucho tiempo decidí juntar los dos proyectos en un álbum doble. Y eso ha dilatado un poco todo.

-Jayder también es de Murcia, ¿no?

-Absolutamente

-O sea que el doble disco es puro ADN murciano...

-Pues casi cien por cien porque todas las colaboraciones vocales menos una son murcianos. La excepción es Erick Hervé, que es valenciano. El resto de artistas son todos de Murcia.

-¿En qué se diferencia el rap de Murcia del género en otras partes de España?

-No te sabría decir. Creo que cada ciudad tiene su sello. Y el de Murcia es muy reconocible, pero no lo sabría definir porque trata la cultura hip hop desde una polivalencia insultante. Es muy variado. Kaze no tiene nada que ver conmigo; yo no tengo nada que ver con Rain, y Rain no tiene nada que ver con Julia Cry. Es muy diverso todo.

-¿Sientes que esa polivalencia se refleja en ‘Dual’?

-Diría que en las colaboraciones sí. Lo que pasa es que dentro del disco, al ser un concepto tan marcado, quizá no se nota tanto en cuanto a vertientes musicales. Pero creo que sí.

Murcia trata la cultura hip hop desde una polivalencia insultante

Piezas

-Lo que sí que se diferencia en el álbum son dos partes muy bien definidas. Una más introspectiva y otra más aguerrida.

-De ahí sale el concepto de ‘Dual’. La primera cara del disco es José y la segunda es Piezas. La primera parte es la persona, más íntimo, reflexivo y emotivo, e incluso te diría que visceral; y la otra está más enfocada a lo artístico, al rapero, que es más aguerrido, contestatario y bocazas.

-¿Cómo conviven ambas partes? Tendrán puntos de colisión y de armonía...

-Creo que chocan en el conflicto provocado. Cuando Piezas abre la boca de más y José al día siguiente se arrepiente. Principalmente ahí. Aunque soy la misma persona, sí que es verdad que cuando represento el rol de Piezas llego a puntos donde José no está muy cómodo.

-¿Cuándo empezaste a grabarlo?

-Igual hay canciones que empezaron a grabarse en 2022, que luego han acabado siendo borradores de lo que ha resultado ser porque cuando tienes algo tanto tiempo guardado le das una vuelta, le cambias el concepto y lo vas renovando. Creo que eso nos ha retrasado mucho. No ha sido una creación paulatina, sino que cuando cogías un desarrollo tenías que resetear algunas cosas ya creadas. Y eso ha complicado mucho el asunto. Y, sobre todo, porque es un disco con muchos temas.

-Cuatro años es mucho tiempo. ¿Has aprendido algo de ti mismo en este proceso?

-Te diría que he aprendido algo que me llevan diciendo mucho tiempo mis amigos; que les creía, pero no del todo. Y es que soy muy agonías y muy cabezón. Entonces se confirma (ríe).

-¿Cuándo empezaste en la música exactamente?

-Empecé a rapear en 2003 y saqué una maqueta en 2004. Eran cuatro temas grabados en mi casa. La primera maqueta que podría decirte “profesional” fue en 2005. Fue ’750 la nueva era’, que se empezó a trabajar en 2005 y salió en 2006. En esa época no tardaba tanto (sonríe). También creo que tiene 17 o 18 canciones aquella maqueta. Esa puede ser la primera referencia seria.

El rap visto desde sus ojos

-Dos décadas... ¿Cómo ha cambiado tu visión del rap desde entonces?

-Creo que me he despegado un poco de la etiqueta del rapero ‘dosmilero’ español que hacía referencias a raperos americanos en una canción para reivindicar que es rapero. Decir ‘eh, escucho a Onyx’. Empecé a hacer música más personal, más real; más que para escuchar, para acompañar a personas que tienen un mundo interior revuelto. Y creo que ese ha sido el principal cambio: dejar de hacer música desde el rollo del rapero para hacerlo desde el rol de una persona como cualquier otra.

-¿Cuáles fueron tus primeras influencias en España?

-Mucho Muchacho, V; El Meswy, que me acuerdo que por separado también me llamó la atención... Después vinieron Violadores del Verso, SFDK, ToteKing y Shotta. Dogma Crew lo escuchaba mucho antes de empezar a rapear. Un grupo que me influenció mucho, aunque no se enmarque para nada en mi música es, Triple XXX, que en aquel entonces lo escuchaba muchísimo. Falsalarma... Infinidad de artistas de una generación anterior a la mía.

Piezas: “El algoritmo no mata al rap, pero lo manipula a su antojo”
28/05/25 ENTREVISTA AL RAPERO PIEZAS PARA EL DIARIO AS MUSICA ANGELA PARAMO

-¿Y de fuera de España?

-Nas, Jay-Z... También disfrutaba mucho del New Metal, que yo asociaba a algo muy parecido al rap, como Rage Against the Machine. Era un batiburrillo de todo eso. Y Eminem, por supuesto.

-¿Qué hay de ese primer Piezas en este último trabajo?

-Te diría que queda poco. Muy poco. Quizá cuando hay alguna mención o algún vacile a un personaje público, algún señalamiento. Algo de esa rebeldía queda todavía. Ese anarquismo de querer soltarla y si luego pasa algo, que pase.

-¿Y qué moraleja crees que deja tu disco?

-Creo que es la definición de una persona en una etapa de su vida que tiene que lidiar con muchas cosas que son propias de su edad y que, a su vez, pese a todo ese batiburrillo de emociones y dudas, sigue siendo activo dentro de una cultura que implica posicionamiento y reivindicar algunos puntos de la vida, sociales y políticos que son necesarios para la convivencia con el ser humano.

-Das a la música un sentido social. ¿Qué es para ti el rap?

-Para mí es la música más política que hay; actualmente, no digo históricamente, porque hay cantautores que se la han jugado mucho más que nosotros los raperos. Creo que es una música que tiene un propósito: decir cosas. Y si las cosas que dices son banales, para mí tu rap es banal. Me gusta el flexeo, me gusta el ego trip, pero creo que puede caber todo. Y eso es lo que hace distinta a esta cultura: que no se casa con nadie. Me gusta ese altavoz para decir lo que te plazca.

Lo que hace distinta a la cultura del rap es que no se casa con nadie

Piezas

-Llama la atención que en Salomé la primera barra sea “mis principios son las leyes que más violé”. ¿Cómo una persona tan referencial, cuyos principios son irados, puede decir eso en la primera frase de una canción?

-Porque aquí nadie está exento de eso. Vivimos en un sistema y en un estado que no te permite escapar de fallar a tus principios. Un ejemplo muy básico. A mí no me gusta que haya niños en Tailandia cosiendo por un céntimo de dólar la hora, ni me gusta esa mano de obra ni ese tipo de esclavos modernos, pero me he comprado camisetas por tres euros. No te digo que sepa de dónde viene esa camiseta, pero lo intuyes.

Es muy difícil escapar de un sistema que está diseñado para que el individuo acabe en un punto u otro renunciando a sus principios. Lo que tampoco puedes hacer es abandonarte a la mano de Dios y decir que la culpa de todo la tiene el sistema por obligarte a ser un desgraciado. No. Tú puedes escapar de algunas de esas barreras. Yo trato de hacerlo diariamente, lo que no significa que no sea consciente de que muchas veces he renunciado a mis principios por seguir formando parte del juego.

-Es una cura de humildad...

-Nadie está tan limpio como para lanzarle mierda a los demás, pero sí hay personas que, aún sabiendo eso, se posicionan y se manchan las manos. Yo me considero de esas personas.

Reflexiones sobre la industria

-¿Cómo ha cambiado la industria en estos 20 años?

-Hay una industria actual que te exige una productividad enfermiza. Parece que si no sacas un tema en dos meses estás muerto para los algoritmos, las playlists y todo lo que implica el funcionamiento artístico a día de hoy. Y por otro lado hay una religión, que es la religión de los números, que antes no existía. A mí antes alguien que me gustaba su música me pedía una canción o colaborar y yo no me paraba a mirar cuántos oyentes mensuales tenía. Hoy en día la estrategia artística implica que si tú eres un artista con 100.000 oyentes tienes que colaborar con uno que tenga más que tú. Sean cuantos sean.

Hay mucha gente dentro de la industria que vive de esas plays y que es lo único que les mueve a la hora de crear. Y a mí eso me da mucha pereza. Me tira para atrás. Claro que me gustaría tener un tema con Eladio Carrión, pero soy realista: no se lo va a hacer conmigo porque no le convengo, ni a él ni a su carrera. Antes era todo más puro. Colaborabas más por gusto o simpatía personal que por estrategia de expansión. Y eso para mí es el principal cambio. Aparte de la mafia que hay con las playlists y con los que dictaminan qué temas deben entrar y cuáles no, que eso da para un libro.

-¿A qué te refieres con ‘mafia’?

-Eso es todo una selección hecha por determinadas personas que deciden qué tema de rap español de la última semana debe entrar en una playlist que tiene medio millón de oyentes. Si, por ejemplo, un tema mío entra ahí yo paso de tener 100.000 oyentes mensuales a tener seguramente 300.000. No hay mejor prensa que eso para un festival que te quiere contratar. “Este tío está metiendo toda este gente todos los meses. Tiene éxito”. Pero, ¿cuántos de esos son oyentes reales o fans tuyos y no seguidores de una playlist que, a lo mejor, cada vez que se reproduce tu tema lo escuchan tres segundos y lo saltan? Es un percal. Está todo dictaminado de esta forma. O te adaptas o mueres.

Piezas: “El algoritmo no mata al rap, pero lo manipula a su antojo”
28/05/25 ENTREVISTA AL RAPERO PIEZAS PARA EL DIARIO AS MUSICA ANGELA PARAMO

-¿El algoritmo mata el rap?

-No es que lo mate, sino que lo manipula a su antojo. Y al antojo de determinadas cabezas que pueden moldear la masa según convenga para sus clientes y sus trabajadores.

-En algo habrá mejorado la industria...

-Claro. Ahora muchos artistas que tienen el estudio en su cuarto pueden estar viviendo de la música mejor que muchos grupos de mi generación que grababan en estudios carísimos y hacían estrategias de prensa. Ahora un chaval desde su cuarto puede ser millonario en dos años. Y eso es bueno. Yo al final soy artista y quiero que los artistas vivan bien. Lo que no me gusta es lo que supone a nivel industria, muchas veces, pasar esos filtros o ceder a según qué tipo de cosas para tener opciones de entrar en esos círculos de éxito. Eso me repele.

-Cuando empezaste, los raperos, como todo lo urbano, estaban muy estigmatizados.

-Sí, estaba peor visto. Te ponías unos vaqueros anchos y te decían “tú eres rapero y te comes el mundo entero”. Pensaban que eras un flipado, que te creías un negro del Bronx. Y ahora pues mola ser rapero de unos años a esta parte. Yo me alegro.

-Y ahora están de moda los pantalones piratas.

-Sí, sí. Y los anchos. Yo me compré estos ayer (se señala los vaqueros) y no me compraba unos tan anchos desde hacía diez años. Me dio hasta vergüenza cuando me los puse. Pero es la moda (ironiza).

Su huella en el ‘freestyle’

-Hablaba con Mnak hace mes y medio y me comentaba que dentro del mundo de las batallas es difícil prosperar en la música porque es complicado quitarte la etiqueta de freestyler.

-Y más ahora, que hay mucho más contenido en torno a las batallas. En mi época yo hacía una batalla al año. O dos. Y el resto del tiempo yo sacaba temas. La gente decía “Piezas me gusta cómo improvisa, me voy a escuchar sus canciones”. Y ahora hacen una batalla cada fin de semana. Si les gustas como freestyler no significa que les vayas a gustar como artista. Y yo en ese sentido he tenido suerte. Desde que empecé a improvisar la gente volcó para mi música. Siempre he hecho música, desde incluso antes de improvisar, entonces siempre han tenido material desde que aparecí. Encima en 2008 gano el campeonato de España y sale al mes una maqueta con 18 canciones en la que llevaba trabajando año y medio. Pues claro, vino de cojones.

-Para ti el freestyle ha sido más un impulso que un lastre.

-En mi época era eso. Yo me apunté a competir porque yo quería que la gente voltease a ver mi música. En mí la proyección de ser un gran freestyler, campeón del mundo, nunca ha existido. Mi predisposición era: compito en una Regional de España y quiero ganarla; si la gano, ahora voy a la Nacional y quiero ganarla; si la gano, ahora voy a la del mundo a que nos conozca la gente y a ver si puedo ganar. Y yo ahí cerré. Mi carrera en el freestyle duró dos años. Y me sorprende que a día de hoy haya referentes de la cultura del free que me pongan como uno de los iconos en su proceso artístico. Me paro a pensar y digo: “Chuty lleva ganando 15 años, tío, y yo hice dos”. Cualquier freestyler a día de hoy ha hecho más carrera que yo.

-Fue 2007, 2008... Y 2009.

-En esa última fue porque nos llamaron para hacerlo y pusimos nuestras condiciones, porque si no, no íbamos. Además el freestyle en aquella época ni se remuneraba. Era gratis todo. Tú ibas ahí y decías ‘buenas tardes’. Te respondían ‘buenas tardes’. Y eso era lo que te llevabas para tu casa. Si ganabas te llevabas un cartón-piedra en el que ponía ‘ganador’. Te daba la mano el Zatu, te felicitaba y te decía “eres muy bueno”. Y al día siguiente a trabajar en el supermercado. No te cambiaba la vida nada. Era lo que había.

-¿Volverás al circuito de las batallas?

-Al circuito competitivo, como tal, no me veo. Pero claro, todo depende de la oferta que te hagan. Hoy en día el freestyle se remunera medianamente bien para muchos referentes y no te puedo decir que no vaya a volver en la vida. Nunca digas nunca. No me apetece, pero si me dices que hay un buen trato y que eso puede ayudarte a meterte en una casa el día de mañana... Se pensará, claro que sí.

-En el Red Bull Cinco Vidas sonaste muy fresco...

-Sí, salió bien ese día. No entrené nada ni practiqué. Pero creo que fue flor de un día y que alargarlo demasiado podría ser contraproducente.

-Hay quien dice que mejor que en 2008.

-Claro, pero porque rapear no he dejado de rapear. Eso es en lo que la gente a veces se equivoca. Dicen: “Joe, es que rapeas mejor que antes”. Claro, cabrón, si llevo más de veinte años rapeando (ríe). Lo que no hago es improvisar en eventos. Pero mi rapeo lo he estado puliendo todo este tiempo. He escrito mucho. He rapeado en muchos sitios y cantado en muchos escenarios. Se tiene que notar. Si me dices que rapeo peor que en 2008 me cuelgo.

-Si nos tomamos una cerveza en tu barrio de Murcia en 30 años, ¿qué te gustaría decirme?

-Te lo puedo decir ya: “Ha merecido la pena”. Creo que es la frase más apropiada cuando uno valora una carrera o una vida. Y yo ya lo puedo decir. Desde que empecé con 16 años... Si me llegas a decir que iba a estar tocando en Perú delante de no sé cuántos miles de personas, en México en uno de los festivales más relevantes, en España también. Salir campeón de eventos de freestyle. Ir a cualquier ciudad del mundo y que me reconozca la gente y me trate con respeto y cariño... Yo no me lo hubiese creído. Hubiera dicho: “qué dices, flipao, si eres de Murcia y vives en un barrio". Creo que esa sería la frase. Y sí. Ha merecido la pena.

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